viernes, 9 de noviembre de 2012

SIETE MIL DOSCIENTOS MINUTOS SIN FUMAR


El día de hoy logré controlar bastante bien la ansiedad. Durante el día pensé en tabaco bastantes veces pero desechaba la idea de mi mente sin ninguna complicación.

Cerca de mi casa hay una zona comercial y me pasé un buen rato vagando por las tiendas y viendo lo que vendían. Creo que una de las cosas más importantes en el proceso de dejar el tabaco es mantenerse ocupado y ademas mantener la mente positiva y concentrada durante todo el tiempo.

El momento más difícil del día de hoy fue en la tarde, justo cuando había terminado de comer. Me parece que en general, o al menos la mayoría de los fumadores que conozco; incluyéndome, les parece que no existe momento más placentero para fumarse un cigarro, que el momento de después de comer. Es como una especie de rito. Como una programación neuronal que no solo evoca el acto de fumar sino que lo exige, lo reclama. Como estos ritos hay muchos, como el cigarro mientras se esta leyendo, o el cigarro mientras se socializa, e incluso la vieja ceremonia del cigarro en el baño. Sobre estos mitos (ritos) hablaré después. 

Así que ahí estaba yo, justo terminando de comer, viendo todo a mi alrededor, pensando en lo bien que se sentiría encender un cigarrillo y esperar a que se consuma por completo, ver como progresivamente se va tornando en ceniza y sentir el efecto dopaminico en todo el cuerpo: como si la atención aumentará súbitamente, los músculos se relajaran y el espíritu entrara en una especie de calma esotérica. Me costó bastante trabajo convencerme a mí mismo de que todo era falso. Todo era una creación de mi mente: unas cuantas sensaciones físicas inter-relacionadas con ideas asociadas al hecho de fumar, pero cuya interrelación es totalmente artificial y subjetiva. No sé durante cuanto tiempo sostuve este soliloquio en el que analizaba la validez de estos ritos, pero fue por un breve espacio de tiempo porque la ansiedad aumentaba más y más mientras estaba sentado en aparente calma. Pagué la cuenta y salí del lugar como si escapará de un centro de concentración. 

He estado usando diferentes métodos para contrarrestar la ansiedad. Ayer fue el método de la botella de agua: se basa en cargar una botella de agua y darle pequeños sorbos cada vez que la idea de fumar aparece. Me funcionó bastante bien. El lado malo de este método es que hay que andar cargando con la botella para todos lados, eso y ademas el hecho de que al tomar de la botella cada dos minutos con un leve gesto de desesperación dibujado en la cara y un poco de torpeza en las manos puede llegar a provocar en la gente que te observa una mala impresión y esto algunas veces podría llevar también a qué la gente te haga preguntas como: ¿Estas bien? o ¿Te pasa algo?. El lado bueno de este método es que el agua es saludable y se bebe mucha agua con este método. Uno se vuelve cada vez más saludable. El día de hoy he cambiado de método por uno más interesante. Las cajetillas de cigarros y algunos empaques de goma de mascar o de mentas tienen una especie de tira con una pequeña pestaña que sobresale del empaque. Cuando se tira de esta pestaña y se lleva por alrededor de la caja uno puede retirar la película plástica que cubre la cajetilla o la caja de mentas. Una de las cosas que más extraño del tabaco es precisamente tirar de esta pestaña para abrir la cajetilla. Hay algo extraño en ese proceso. A veces creo que refleja la tecnología de este siglo; la modernidad del empaque; el procesamiento de los objetos de valía. En fin, encontré en la tienda un paquete de HALLS XS que trae esta pestañita para retirar el plástico de la caja, y no solo eso, sino que ademas trae veinte dulces de menta y eucalipto; veinte, el mismo numero de cigarros que contienen las cajetillas. En cuanto lo vi se me ocurrió inmediatamente usarlo como el método del día de hoy. Es el mismo procedimiento: siempre que me den ganas de fumar: ¡menta! Y teniendo ademas el numero veinte, me permitió, solo por curiosidad, saber cuantos cigarros me habría fumado el día de hoy. Me quedan en la caja solo siete mentas lo que quiere decir que el día de hoy no fumé 13 cigarrillos.



Testimonio Anónimo de un participante
de elige no fumar.

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